COMIENZOS TRADUCTORILES: Docencia, Cristina Santana Peñate
En estos próximos artículos recopilaré
consejos y experiencias de profesionales de la traducción e interpretación
sobre cómo lanzarse al mundo laboral. Como yo solo puedo hablar desde mi
experiencia en TAV (audiovisual) y literaria, me he puesto en contacto con
compañeros para que den su punto de vista. Espero que les sirvan y los
disfruten.
Una de las salidas de la carrera de Traducción e Interpretación es, por supuesto, la docencia. Hoy nos cuenta cómo empezó a trabajar de docente Cristina Santana Peñate.
DOCENCIA: CRISTINA SANTANA PEÑATE
¿Por
dónde empiezo?
Soy
Cristina Santana Peñate. Hice Traducción e Interpretación en la ULPGC (rama
Francés/Alemán) y me especialicé en Traducción Jurada. Hice la carrera en esa
época en la que salías de la facultad siendo licenciada, la asistencia a clase
no era obligatoria, para aprobar Lengua Española tenías que sacar un 7 y echábamos
más horas en la cafetería que había del campus de Humanidades que en el aula de
interpretación. De hecho, esa cafetería ha sido la culpable de que muchos de
los que estudiamos en ese período estemos hoy en día tocados del estómago por
culpa de la calidad de aquel majestuoso café que servían.
Hice
el Erasmus en Bruselas, ciudad que me regaló mucho aprendizaje y muchas
vivencias. Estuve por allí entre pitos y flautas unos cuantos años, pero me
volví a Gran Canaria porque el gris de aquella ciudad me oprimía y, como buena
canaria, el arraigo a la familia, los amigos, la playita y el asadero con botellines
pudo conmigo.
Así
que, una vez bien aprovechados esos momentos en la isla con los seres queridos y
con el título bajo el brazo, decidí que una salida más a esta carrera sería la
docencia. Y partí a Salamanca a hacer lo que antes llamaban el CAP (curso de
adaptación al profesorado) y que hoy se ha convertido en un máster de un año y
unos cuantos euros más de los que pagué en aquel momento.
Y, ¡tachán!,
cuando me di cuenta ya estaba otra vez aquí dando clases en un centro
concertado en el que ya llevo 15 años. Doy francés a los alumnos de la ESO y lo
he combinado con traducciones juradas que llegan esporádicamente y a las que
puedo atender con el tiempo suficiente.
Pero
la historia no termina aquí, como soy hiperactiva/’culoinquieto’, hace unos
años se cruzó en mi camino el máster del profesorado. Buscaban profesores de institutos
que supieran explicar cómo funcionan las aulas en secundaria, las
programaciones, las situaciones de aprendizaje, etc. y así llegar a los alumnos
del máster que, en breve, pasarían a ser profesores en prácticas.
Ese fue mi primer paso dentro de
la ULPGC: profesora en la especialidad de Francés en el Máster Universitario en
Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato,
Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas… así se llama.
Ese
contrato que nos hacían se llama Venia Docendi y no es un contrato al
uso, sino como colaborador en la universidad y cuando finaliza la docencia se
termina esa colaboración. Así estuve unos 5 años, hasta que la propia ULPGC
decidió que las contrataciones en la institución no fueran externas. Entonces,
entré en una lista de ATP (profesores a tiempo parcial) en la que piden varios
requisitos: que tengas el grado o licenciatura relacionado con la asignatura
que vas a dar, que tengas un primer trabajo relacionado con las asignaturas que
vas a impartir o que seas autónomo. A todo esto, se suman los méritos que
tengas y las experiencias laborales. (Estos ATP pueden ser de 3 a 6 horas
semanales. Nunca más de seis horas a la semana y el sueldo varía entre los 300
a los 600 euros brutos).
El
curso siguiente ya entré como ATP en el grado de Lenguas Modernas como profe de
francés, el curso siguiente en Traducción e Interpretación y así sucesivamente;
por ejemplo, este curso combino las clases de secundaria en mi centro con
Francés IV en Lenguas Modernas, Francés LCII en Traducción e Interpretación,
esas traducciones juradas y las otras mil y una historias a las que me dedico.
¿Y por
qué decidí dar ese paso para entrar en la Universidad?
He de
aclarar que combinar trabajos supone mucho esfuerzo y organización, pero si lo
hice fue por cambiar de aire y probar otras edades a las que impartir clases.
La experiencia en ambos trabajos ha supuesto una mezcla de aprendizaje diario y
de responsabilidad: no se puede procrastinar ni un día o no dedicarle tiempo a
todo lo que supone la enseñanza. El ejemplo claro lo tenemos en este preciso
momento con la situación que estamos viviendo: confinamiento y educación. Todos
los profesores nos hemos visto inmersos en la educación a distancia y, en estos
momentos, llegar al alumnado desde casa no lo ha proporcionado la clase
magistral hecha con tiza y pizarra, sino el uso de las TICs, aplicar nuevos
recursos y estar constantemente conectados a la realidad de los estudiantes sea
la edad que sea.
Agradezco
mucho que Laura dedique un poco de su tiempo a dar una información sobre las
posibles salidas de la carrera y cómo adentrarse en otros sectores diferentes a
la traducción, pues salimos de la facultad con mil incógnitas y está claro que
nadie nos las resuelve en la clase, sino es la propia vida la que nos hace dar
tumbos hasta llegar al objetivo. Que haya blogs como este ayuda a que esos
obstáculos, sean menos duros.
¡Mucha
suerte sea cual sea la opción que elijan!
Muchas gracias a ti, Cris, por darnos una idea de lo que es ser docente hoy en día y lo importantísimo que es.
A todos ustedes, espero que lo hayan disfrutado.
Keep calm and translate!

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